Carta con motivo de la I Jornada Diocesana de la Discapacidad

Queridos hermanos y hermanas:

Con gran alegría deseo comunicaros la puesta en marcha de una Comisión para las personas con discapacidad en nuestra archidiócesis. Con motivo del Día Mundial de las Personas con Discapacidad, el próximo 3 de diciembre, esta Comisión ha organizado la I Jornada Diocesana que tendrá lugar bajo el lema: Evangelizar desde la diferencia. Comenzaremos a las 17 horas en el salón de Alfa y Omega (C/. La Pasa, 3) con una rueda de prensa y una mesa redonda. Después, a las 19 horas, presidiré la Eucaristía en la Catedral de la Almudena.

Ciertamente, todos estamos llamados a enfrentarnos, tarde o temprano, con la experiencia de la fragilidad. Esta vivencia, tan típica y dramáticamente humana, adopta gran variedad de rostros y muchas veces plantea de manera acuciante la pregunta por el sentido de la existencia. Conocemos la objeción que se plantea, sobre todo en estos tiempos, ante una existencia marcada por grandes limitaciones físicas o sensoriales. Se considera que una persona con discapacidad no puede ser feliz, porque es incapaz de realizar el estilo de vida impuesto por la cultura dominante. El cuidado del cuerpo se ha convertido en un culto y, en no menor medida, en un negocio; lo que no responde a los cánones de una mayoría debe ser ocultado porque pone en crisis el modelo imperante. Por otra parte, muchas veces, incluso en la Iglesia, la adecuación de nuestras instalaciones a las necesidades funcionales de las personas se considera un gasto oneroso y no una inversión necesaria.

No podemos cerrar los ojos ante la discapacidad. Propiamente, es una capacidad diferente y un modo de estar en la vida del que todos debemos tomar lecciones. El mundo no será mejor cuando esté compuesto solamente por personas aparentemente perfectas, sino cuando crezca la solidaridad entre los seres humanos, la aceptación y el respeto mutuo. Hemos de ser conscientes de que las personas con capacidades diferentes pueden y deben ser protagonistas de la evangelización y de la vida de la Iglesia, no meros receptores pasivos.

Parafraseando al Papa Francisco en el Jubileo de los enfermos, la felicidad que cada uno desea solo puede alcanzarse si somos capaces de amar. El modo en que vivimos la discapacidad es signo del amor que estamos dispuestos a ofrecer. La manera en que afrontamos el sufrimiento y la limitación es el criterio de nuestra libertad de dar sentido a las experiencias de la vida, aun cuando nos parezcan absurdas e inmerecidas.

Os invito a que hagáis partícipes de esta convocatoria a todos los miembros de vuestras comunidades. Queremos dar la mayor visibilidad posible en nuestra archidiócesis a esta realidad eclesial de la que nos sentimos orgullosos.

Os saluda con afecto y os bendice,

+Carlos, Card. Osoro Sierra
Arzobispo de Madrid

[fuente: Archimadrid]

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