Abusos sexuales en la Iglesia

(página creada el 3.2.19; última actualización: 25.2.19)
La Santa Sede tiene una sección sobre «Abusos contra menores. La respuesta de la Iglesia» en su web oficial.

TEMAS [pulsa en un ítem para ir a esa sección]

  1. Carta de Francisco al Pueblo de Dios (20.8.18).
  2. Encuentro de presidentes de Conferencias Episcopales «La protección de los menores en la Iglesia» (21-24.2.19):
    1. Carta de los miembros del comité organizador (18.12.2018).
    2. Yago de la Cierva: «Sin transparencia no se va a resolver el problema» (31.1.19).
    3. Entrevista a Hans Zollner, jesuita, organizador del encuentro, y reportaje sobre la organización del evento (12.2.19, en ABC). Y otra entrevista (en Alfa y Omega, (14.2.19).
    4. Discurso de Francisco en la eucaristía final (24.2.19).
  3. Véase La Asociación Betania (1.2.19). También Voices of Faith.
  4. Mesa Redonda sobre abusos en la Iglesia (13.2.19): padre de una víctima, miembros de CONFER y Redes Cristianas, y don José Cobo -obispo auxiliar de Madrid-.
  5. Diálogo a tres: dos víctimas de abusos y un sacerdote (en Religión Digital, 15.2.19).

NOTICIAS GENERALES

  1. Francisco admite los abusos sexuales de curas y obispos a monjas, y casos de ‘esclavitud sexual’.
  2. La CONFER apoya que el Ministerio de Justicia pida a la Fiscalía General información sobre casos de agresiones sexuales de religiosos a menores (5.2.19).
  3. El Gobierno pide a la Iglesia datos sobre los casos de pederastia (7.2.19), pero la CEE dice que no ha recibido la carta (8.2.19).

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1. CARTA DE FRANCISCO AL PUEBLO DE DIOS (20.8.18). Lee a continuación o descarga aquí:


2. ENCUENTRO DE PRESIDENTES DE CONFERENCIAS EPISCOPALES: «LA PROTECCIÓN DE LOS MENORES EN LA IGLESIA»

CARTA del Comité Organizador (18.12.18). Lee a continuación o descarga aquí:

YAGO DE LA CIERVA: «Sin transparencia no se va a resolver el problema» (31.1.19).
El autor es profesor de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma, y experto en gestión de crisis.

DISCURSO DE FRANCISCO EN LA EUCARISTÍA FINAL (24.2.19) [puede descargarse aquí].


La Asociación para la Acogida y el Acompañamiento BETANIA nace para el acompañamiento a las víctimas de abusos sexuales en el seno de la Iglesia. Ofrece acompañamiento terapéutico a las víctimas y realizará acciones de formación y sensibilización en entornos eclesiales. Informaciòn completa en esta entrada.


HANS ZOLLNER, organizador del encuentro. Entrevista y reportaje sobre la organización del evento.

A pocos días de la primera cumbre antipederastia de presidentes de las conferencias episcopales de todo el mundo, el profesor jesuita Hans Zollner, organizador del encuentro, ha advertido el martes que «donde dicen «aquí no hay abusos«, significa que allí no se habla. Los hay en todas las partes del mundo».

Aunque Zollner no se refirió a ningún país en concreto, España destaca entre los europeos por la negativa de muchos obispos a reconocer los casos que existen en sus diócesis, y por no haber puesto en marcha estudios para conocer la dimensión del problema como han hecho voluntariamente las conferencias episcopales de Francia, Alemania, Holanda o Bélgica, o las autoridades del Reino Unido o Irlanda, por ejemplo.

El presidente del Centro de Protección de Menores de la Universidad Gregoriana -el más avanzado del mundo- y miembro de la Pontificia Comisión de Protección de menores, ha recordado la indicación del Papa a todos los presidentes de conferencias episcopales «de que hablen con víctimas de abusos en su país. El Santo Padre tiene mucho interés en que esto suceda en su casa y no solo aquí».

El encuentro del 21 al 24 de febrero en el Vaticano incluye el testimonio de víctimas procedentes de áreas culturales muy variadas, pero eso no sustituye al encuentro personal ya que «tan solo después de una hora o cinco horas con una víctima se ven las heridas de la psique, del corazón, del cuerpo y del espíritu».

Recogiendo la experiencia que ha visto en casi medio centenar de países, Zollner ha insistido en que el obispo que escucha «se transforma. Hace falta escuchar con la mente, las orejas y el corazón. Y escuchar sobre todo la dimensión espiritual porque casi todas las víctimas eran personas muy cercanas a la Iglesia, y se les ha arrancada la fe en ella y en la gente».

El teólogo y psicólogo alemán, uno de los mayores expertos mundiales en terapia y prevención de abusos de menores, ha reconocido sin ningún reparo que en la Iglesia católica «el problema es sistémico, es decir, de la Iglesia como tal: sus estructuras, sus procedimientos, etc.».

Para resolverlo, el Papa ha puesto en marcha procedimientos sinodales que implican colectivamente a todos los obispos de un país como en el caso de Chile y de las cartas «al pueblo de Dios» de agosto del año pasado o a los obispos norteamericanos a principios de este año.

Según Zollner, Francisco «se refiere sistemáticamente a abusos «de conciencia, de poder y sexuales», y propone un cambio radical de actitud, pues esto no se resuelve tan solo con nuevas normas que, naturalmente, son necesarias».

El ejemplo más claro es que «todos los países del mundo, a excepción de Estados Unidos firmaron la Convención de Derechos del Niño», pero ese texto no basta por sí solo para evitar los abusos.

Hace unos días, durante un encuentro en Líbano, «la directora de Unicef nos dijo que en el Medio Oriente y norte de África, el 85 por ciento de los niños sufre violencia, incluida la sexual. Eso significa unos 85 millones de niños. En algunas culturas, con estructura de clan, no se habla de sexualidad ni se denuncian los abusos, para no sufrir represalias».

Zollner ha confirmado que, a partir de los datos disponibles, la estimación de sacerdotes o religiosos abusadores en la Iglesia católica a nivel mundial se mueve en torno al 4 por ciento del total, una incidencia similar a la de pastores de otras iglesias cristianas que también han comenzado a estudiar el problema en sus propias filas, como ha hecho recientemente la Convención Bautista del Sur en Estados Unidos.

El organizador de la cumbre antipederastia ha explicado que el primer día será dedicado «a la responsabilidad del obispo: pastoral, jurídica y espiritual», y el segundo «a la rendición de cuentas, la «accountability» en inglés, un sustantivo que no existe en español o italiano, lo cual revela ya la falta de sensibilidad».

El tercer día será dedicado «a la transparencia; de los procedimientos internos, respecto a las autoridades, a la prensa y también respecto al pueblo de Dios, pues no solo tiene el derecho a saber sino que queremos que esté informado de lo que sucede».

Por ese motivo, los abusos que las victimas revelan a la prensa, sobre todo en países donde los obispos no han creado mecanismos de escucha y ayuda, no son un problema. El problema es que los directos responsables no lo aborden en público con sinceridad, lo cual provoca el desprestigio de la Iglesia.

A la pregunta de si la Iglesia cuenta con un mapa universal de la incidencia de abusos, Zollner ha respondido que el problema es que muchas conferencias episcopales y gobiernos no han estudiado el alcance del problema: «Preguntad a España. ¿Existen datos establecidos por de la Iglesia o el Estado? No».

El pasado 16 de enero, el portavoz del Vaticano, Alessandro Gisotti manifestó que la cumbre incluirá la escucha de víctimas y de profesionales expertos en los diversos aspectos del problema, así como “una liturgia penitencial y una celebración eucarística final”

Según su portavoz, «para el Santo Padre, es fundamental que al regreso a sus países y sus diócesis, los obispos sean conscientes de las reglas que deben aplicar y den los pasos necesarios para prevenir los abusos, proteger a las víctimas y no permitir que ningún caso sea encubierto ni obstruido».

El Papa participará en todas las reuniones y actividades. Las sesiones plenarias, serán moderadas por el antiguo portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, que domina media docena de idiomas.

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Los abusos contra menores, dentro y fuera de la Iglesia, han existido, existen y continuarán existiendo. Es un hecho. Por eso, no se puede sostener que ese flagelo es «cosa de otro país» o de «otras culturas». Sería tanto como creer que el problema puede extirparse simplemente con normas o leyes. Para ir a fondo se requiere un cambio de actitud, asegura Hans Zollner, uno de los organizadores de la cumbre de presidentes de conferencias episcopales convocada por el Papa para abordar ese tema. Un encuentro que permitirá abrir la puerta al análisis de otros abusos, incluso contra mujeres consagradas

«No debemos ilusionarnos con que este mal desaparecerá completamente. Esta sería una ilusión muy peligrosa, porque se pensaría que con una norma, con una ley, con medidas de prevención se podría quitar el mal de una vez y para siempre. No está en nuestras manos esto, este es un mal que ha existido siempre y continuará existiendo, por desgracia. Lo que debemos hacer es despertarnos y empeñarnos con todas las fuerzas para que no suceda», anticipa el sacerdote jesuita, a pocos días del inicio de esa reunión que ha captado el interés de la prensa internacional.

Presidente del Centro para la Protección de los Menores de la Universidad Gregoriana de Roma y miembro de la Comisión para la Tutela de la Infancia del Vaticano, Zollner es quizás el mayor especialista en el tema. Por eso, Francisco lo incluyó entre los organizadores del encuentro de presidentes de episcopados, previsto del 21 al 24 de febrero en el Vaticano.

Entre otras cosas, el sacerdote jesuita anticipó cómo se dividirán los trabajos. El primer día estará dedicado a «la responsabilidad», el segundo a la «rendición de cuentas» y el tercero a «la transparencia». El Pontífice asistirá personalmente a todas y cada una de las sesiones, ya que «está muy empeñado», «se interesa personalmente» y «sigue de cerca las preparaciones».

«Por primera vez se pone sobre la mesa y claramente la cuestión sistémica; por primera vez se hablará del sistema de la Iglesia, su estructura, sus procedimientos y todo aquello que hace parte de un organismo tan complejo, grande, variado», dice Zollner.

Al reunirse el martes con la prensa internacional en un hotel de Roma, subrayó que el objetivo principal del encuentro es «educativo» y pretende transmitir a los obispos la gravedad de su ministerio en los campos pastoral, jurídico y espiritual. Se trata de una «etapa importante» en una «larga carrera» que la Iglesia católica comenzó hace 35 años: cuando en Estados Unidos explotaron los primeros escándalos.

Los abusos –añadió–ocupan una prioridad del pontificado de Jorge Mario Bergoglio; y ese fue el motivo por el cual convocó esta reunión, pero en tres días «no se puede cambiar toda la vida de la Iglesia». Por eso hay que rechazar consideraciones extremas, según las cuales este encuentro resolverá todos los problemas pendientes o, por el contrario, será un fracaso.

«Nosotros haremos lo posible y creemos que podrá surgir algo importante, especialmente por las aportaciones de personas de diversas proveniencias, de realidades y continentes», apuntó Zollner. De entrada, adelanta, la Iglesia necesitaría algunos cambios jurídicos y una mayor claridad en los procesos, pero esto no acabará por sí solo con un problema enraizado en una cierta mentalidad.

«Esta no es la solución definitiva y esa seguramente es la fuente de la desilusión de los católicos en los Estados Unidos, quienes pensaban que con el Protocolo de Dallas (establecido en 2004 por la conferencia episcopal de ese país) todo estaba resuelto. Pero no era así, se necesita la voluntad proactiva para poner en práctica el espíritu de la ley».

En los últimos días el problema de los abusos (también sexuales) contra las mujeres consagradas irrumpió en la preparación de esta cumbre, por la explosión del caso de la comunidad de Saint Jean, el instituto religioso francés al cual se refirió el mismo Francisco públicamente al asegurar que sus integrantes fueron reducidas prácticamente a la esclavitud.

Al respecto, Zollner anticipó que durante la cumbre también se abordará este problema pero de manera tangencial, porque la crisis de los últimos días no cambiará el foco prioritario del encuentro, es decir la protección de los menores. «Entiendo que esto puede no bastar, se quisiera incluir todas las perspectivas, pero –y esta es una opinión personal– quiero que hablemos de los niños, que son los más indefensos, los más vulnerables y no tienen voz. Si nuestro trabajo es bueno, estoy seguro que podrá aplicarse a otra clase de abusos, como aquellos contra las mujeres o los adultos, que también suelen ser vulnerables», agregó.

Más adelante, el jesuita señaló que la única institución mundial que ha encargado investigaciones empíricas sobre el tema de los abusos es la Iglesia católica. Ni siquiera las otras religiones, iglesias cristianas u organismos sociales (deportivos, policiales, educativos) se han atrevido a analizar en profundidad este fenómeno. Pero para la Iglesia la transparencia debe seguir siendo la línea a seguir: «¿Existe una estadística de abusos en España?», cuestionó; e inmediatamente replicó: «Si no se conoce es porque, seguramente, no existe».

Por lo pronto, en el encuentro vaticano se escucharán testimonios de víctimas procedentes de diversos países, algunos africanos y asiáticos. Pero los presidentes de las conferencias episcopales ya fueron invitados a reunirse con afectados en sus respectivos países. Esta invitación, explicó Zollner, busca superar una barrera construida sobre la negación.

«La motivación principal del encuentro con las víctimas es comprender verdaderamente; porque cuando uno se sienta durante una hora o más con una víctima y escucha su grito de ayuda, el llanto, las heridas de la psique, del cuerpo, del corazón y de la fe, no puede quedarse como antes. Si uno verdaderamente escucha se transforma», indicó.

Y continuó: «El punto es verdaderamente escuchar, abrir la mente, las orejas y el corazón. Por eso la condición para todos los participantes es que escuchen, en sus propias lenguas y con sus contextos, lo que significa estar profundamente herido y darse cuenta del impacto espiritual de estos actos. Porque la mayor parte de las víctimas no eran extrañas, eran personas muy cercanas a la Iglesia y a muchos de ellos les quitaron la fe, la fe en otras personas y sobre esto debemos hacer mucha más conciencia».


DIÁLOGO A TRES: dos víctimas de abusos y un sacerdote. Véase en Periodista Digital (15.2.19).

4 comentarios

  1. Los curas deben tener la libertad de poder casarse, incluso deberia ser un requisito para ser cura. Como dice San Pablo primero hay que ser capaz de liderar la propia familia y depues se puede liderar la comunidaD.

    1. Ciertamente, no son pocos los cristianos/as que piensan que el celibato de los curas deberìa ser opcional. Y es un muy interesante debate si eso ayudaría a erradicar este horror de los abusos sexuales. Gracias por su comentario, Jesús.

    2. ¿Qué tiene que ver el celibato opcional con la pedofilia o el que alguien obligue a otra persona a sexo no consentido? ¿Se está diciendo que una de las ayudas para que pedófilos, abusadores, y violadores, dejen de serlo es que estén casados para que, así, el sexo con su pareja los lleve a no desear sexo pedófilo o abusador? Si es eso lo que se dice, se está equivocado de parte a parte (y, además, vaya visión del amor sexual en pareja). Si fuera así, vaya peligro con frailes, monjas, solter@s, y tod@s los que no tengan una relación sexual estable.
      Pedófilos y abusadores no tienen un problema de falta de sexo. Aunque tengan todo el sexo que les dé la gana (sol@s o con otr@s), su tendencia a sexo con menores o a abusar sexualmente de otra persona sigue ahí, porque proviene de otra causas psicológicas, culturales, sociales, de historia personal, de ansias de poder, etc.
      Y si en concreto hablamos del clero (y tarde o temprano aparecerá el tema de las religiosas abusadoras, que no digo que no sea menor que el de los varones, pero está ahí también, aunque las niñas vean de otro modo lo que les pasó con tal o cual hermana), los curas pedófilos y abusadores pienso -es opinión personal, soy laica, puedo equivocarme- que la mayoría del problema viene de una penosa educación y maduración personal, en la que se les ha apartado de todo, se les ha educado fuera del mundo, se les dice que son la releche y lo mejor de lo mejor, y terminan siendo unos inmaduros que sólo buscan reafirmarse ejerciendo el poder.
      Saludos.

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