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Día Mundial Contra el Trabajo Infantil

LA LACRA DEL TRABAJO INFANTIL

Juan Fernández de la Cueva Martínez-Raposo
-Director del Secretariado diocesano de Pastoral del Trabajo de Madrid-
20.6.21

Trabajo InfantilEl 12 de junio celebramos la Jornada Mundial de la Erradicación del Trabajo Infantil. Yo bendigo el calendario laico de la Organización Internacional del Trabajo que incluye la lacra arrinconada del trabajo infantil para que la podamos revivir desde la fe. Es algo así como cuando mi madre apuntaba en el calendario de la cocina las fechas importantes de la familia, los cumpleaños, los aniversarios de bodas y también de los funerales. Nos hacía recordar que nuestra familia no acababa en la puerta de casa sino en la familia extensa. Este calendario laico nos abre la puerta a la familia extensa de la humanidad.

RADIOGRAFÍA DEL TRABAJO INFANTIL

Escojo la palabra “radiografía” porque parto de que el trabajo infantil es una enfermedad dolorosísima de nuestro  planeta, una pandemia aunque la tengamos encerrada en el tercer mundo.

El laboratorio que recomendó esta radiografía fue, la Asamblea General de la ONU en julio de 2019 quien fijó 2021 como el Año Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil, bajo el liderazgo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La radiografía de la enfermedad del trabajo infantil es muy alarmante. Según datos publicados por la OIT, más de 151 millones de niñas y niños de entre 5 y 17 años se encuentran en la lacra del trabajo infantil (casi 1 de cada 10). De ellos, casi la mitad (72,5 millones) ejercen alguna de las formas más inhumanas de trabajo infantil como es la esclavitud, trata, prostitución, trabajo forzoso o reclutamiento para conflictos armados.

Hay que aclarar que en esta definición de trabajo infantil no entran las tareas de colaboración en el hogar, como poner la mesa, cuidados familiares. Solo incluye el trabajo “que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico”. Fundamentalmente la privación de derechos humanos como el jugar, tener tiempo libre y la escolarización.

Como trabajo peligroso podemos destacar las siguientes situaciones: muchas horas de trabajo y peor aún si el horario es nocturno; la minería, la maquinaria pesada, el riesgo de abuso físico, sicológico o sexual.

DIAGNÓSTICO DEL TRABAJO INFANTIL

La causa principal de la lacra del trabajo infantil reside en el sistema económico de producción reinante. Los países denominados ricos están basados en un hiperconsumo de productos que extraen la materia prima de los países llamados pobres a precios ridículos que los empobrecen cada vez más. El Convenio sobre las peores formas de trabajo infantil. C182, ratificado por España el 2 de abril de 2001, lo resume así:

“El trabajo infantil se debe en gran parte a la pobreza, y que la solución a largo plazo radica en un crecimiento económico sostenido conducente al progreso social, en particular a la mitigación de la pobreza y a la educación universal”

Encaja en este apartado del diagnóstico sobre el trabajo infantil recordar el pasaje evangélico del rico que banqueteaba espléndidamente y el pobre Lázaro deseando coger las migas que caían de la mesa (Lc 16,19).

Un caso significativo es la trata o comercio de 7 millones de menores que cada año en todo el mundo (2 de cada 3 son niñas), y produce más de 30.000 millones de euros al año. Es la esclavitud del siglo XXI.

TRATAMIENTO Y MEDICACIÓN AL TRABAJO INFANTIL

Los Estados pueden actuar promoviendo medidas legales para las causas anteriores. También medidas de denuncias. Así, El Supremo norteamericano rechazó retirar la demanda interpuesta por víctimas de la esclavitud infantil contra Archer Daniels Midland, Cargill y Nestlé, la multinacional agroalimentaria más importante del mundo. No solo talan selvas… también sus alimentos son cómplices de la explotación infantil.

Y nosotros los ciudadanos de a pie ¿podemos hacer algo? El papa Francisco señala el consumo responsable y solidario. Él ha puesto el dedo en la llaga en su encíclica “Laudato Si” advirtiendo del superdesarrollo derrochador y consumista, que contrasta de modo inaceptable con situaciones persistentes de miseria deshumanizadora (LS 27)

El consumo responsable está al alcance de todos. ¿Por qué no pedimos una ley que exija poner en cada producto un código de identificación que no ha sido elaborado con trabajo infantil? ¿Por qué seguimos comprando a las grandes multinacionales que no respetan los Derechos Humanos?

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