Entrevista a D. José Luis Segovia Bernabé. Revista Ecclesia

Nuestro Vicario episcopal, José Luis Segovia Bernabé, entrevistado en el número 4.034, del 30 de mayo, de la Revista Ecclesia.

 

 

 

 

Nos habla sobre las complicadas, urgentes y muy diversas situaciones que ha planteado la pandemia mundial del coronavirus. Además de los muertos y enfermos, el incremento de la vulnerabilidad en muchas familias que no habían acudido antes a Cáritas, y que ahora están en las llamadas «colas del hambre». Entresacamos algunas de sus palabras:

  • Se han multiplicado por cuatro los expedientes de atención familiar, pero aún más la solidaridad.
  • Me siento muy orgulloso de la Iglesia de Madrid, que ha sido capaz de no echar el cierre, a diferencia de los Servicios Sociales municipales.
  • Hemos mantenido la presencia en todas las vicarías desde el momento cero. Lo nuestro no es simplemente una atención social, sino que es el ejercicio de la caridad que nos urge y nos motiva. «No se cierra» y todas las vicarias han estado operativas 24 horas y los 7 días de la semana.
  • Los voluntarios disponibles, los profesionales entregados, la solidaridad de los técnicos de Cáritas… la Iglesia de Jesús ha hecho un esfuerzo enorme de trabajo en equipo para que «no se pierda ninguno de los que nos han sido confiados», como dice el Evangelio.
  • ¡Ha sido un trabajo tan bonito de sinergia, de coordinación de cosas realmente distintas! La solidaridad de la sociedad madrileña ha sido impresionante.
  • Esa solidaridad me ha impresionado y me ha emocionado muchísimo, sobre todo la que viene «del mundo joven», 3.000 incorporaciones a Cáritas con edad media de 30 años y gente universitaria, que nunca habían tenido experiencia de voluntariado.
  • Las personas somos capaces en momentos difíciles de sacar también la mejor versión de nosotros mismos.
  • La población que se encuentra en los tramos inferiores de renta estaba en una situación bastante comprometida cuando ha llegado la crisis de la pandemia, y eso ha provocado un efecto devastador, una situación de precariedad, incluso de vulnerabilidad, de hambre.
  • Gente familiarmente integrada que tenía un trabajo, pero que ha llegado un ERTE o ha quedado en situación de desempleo, o que tenía algunas deudas y que ahora mismo se han visto colapsados.
  • El tema alimentos ha sido el de emergencia primera, pero ahora se incrementan las necesidades de vivienda o suministros.
  • El desempleo es lo que va a hacer que esa brecha de desigualdad crezca, de ahí que sea muy importante lograr un nuevo pacto social entre todos los actores. Ahora no se trata de generar dialécticas sino al revés, crear diálogo y consenso.
  • Tenemos que desarrollar nuevas sinergias, nuevos consensos que nos ayuden a salir adelante.
  • Esta crisis la sacaremos adelante en la medida en que cada actor asuma su responsabilidad, empezando por los particulares.
  • Yo creo que el desafío que tiene siempre la Iglesia es el de aunar las obras y las palabras, es decir, la Iglesia existe para evangelizar y en este tiempo eso significa, más que nunca, dar buenas noticias de parte de Dios.
  • Esta crisis nos ha dejado desnortados, con una inseguridad existencial enorme.

  • Ahora, el anuncio del Evangelio tiene más significado que antes, si cabe, pero junto con ello, la vía de la caridad, que en la historia de la Iglesia y en los momentos de crisis, ha sido una vía privilegiada para mostrar la ternura, el cariño y la mano larga de Dios que se acerca a las personas que sufren.
  • Nos vamos a encontrar con muchas personas con depresión, crisis matrimoniales, problemas en las familias, crispación y tensiones, personas que se encuentran solas… Ahí tenemos que ser capaces de apoyar, de mediar, de operar como un actor de reconciliación, de perdón, que trate de tender puentes.
  • La fortaleza de la Iglesia en general, y de Cáritas en particular, aglutina un sinfín de manos como las congregaciones religiosas y muchas otras entidades de Iglesia que están trabajando también en todo el territorio.
  • Queremos activar al máximo las Cáritas parroquiales dándoles todo el apoyo desde la estructura, a ellas y a los párrocos que han estado al frente, haciendo un ejercicio de la caridad en nombre de toda la comunidad. Por eso, la campaña «quiero ser tu vecino de apoyo», hace crecer esa fortaleza.
  • Al igual que se han multiplicado las necesidades, se ha multiplicado la gracia de la solidaridad y de la caridad.
  • El culto se ha suspendido para evitar aglomeraciones, pero las iglesias han permanecido y permanecen abiertas. Como dijo nuestro arzobispo, el cardenal Osoro, «hemos estado confinados, pero no cerrados».

Fuente: [Revista Ecclesia]

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