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II Domingo por la Comunión en la Iglesia Diocesana

II Domingo por la Comunión en la Iglesia Diocesana
-3 de octubre de 2021-

Entrada publicada el 13.9.21. Última actualización el 30.9.21.

La diócesis de Madrid y toda la Iglesia celebra el II Domingo por la Comunión en la Iglesia Diocesana el 3 de octubre con el lema Sin comunión no hay cristianismo.

Domingo por la Comunión en la Iglesia Diocesana MadridEntre las propuestas de esta jornada –impulsada por el cardenal Carlos Osoro y organizada por la Comisión Diocesana por la Comunión Eclesial– sobresale una Misa a las 13:00 horas en la parroquia San Francisco de Borja (Serrano, 104), que estará presidida por el obispo auxiliar monseñor Santos Montoya y se enmarca asimismo en el Año Ignaciano. También podrá seguirse en directo por el canal de YouTube del Arzobispado.

Igual que el año pasado, de cara al Domingo por la Comunión en la Iglesia Diocesana la comisión ha elaborado subsidios litúrgicos y un vídeo:

  • Subsidio litúrgico para monitores y lectores.
  • Subsidio litúrgico para sacerdotes.
  • Catequesis para Niños, para Jóvenes, y para Adultos (de la Delegación de Catequesis).
  • Presentación del Domingo en COPE: «Al celebrar el II Domingo Diocesano por la Comunión eclesial, tomamos conciencia de que, como el Señor nos enseña, sin comunión vana es la misión, o cómo se nos ha propuesto como lema de esta jornada, “Sin comunión, no hay cristianismo”. Y no puede haber mejor manera de emprender un nuevo curso pastoral, con todos sus grupos y actividades, qué bajo la roca firme de la comunión. Tanto es así, que toda Iglesia se une en este mes al Papa Francisco para iniciar la fase diocesana de la Asamblea General del Sínodo de los obispos sobre la sinodalidad, esa manera de vivir la Iglesia que consiste en “caminar juntos”, al unísono, en cordada, escuchándonos y acogiéndonos de tal forma que en todo sea Jesús en medio de nosotros quien nos presida, y el Espíritu Santo por Él prometido quien nos proteja, guíe y oriente. Nos toca también poner nuestra parte, pues como nos recuerda tantas veces nuestro arzobispo, si no renovamos con el Señor nuestro impulso misionero, encerrándonos en nosotros mismos, promoveremos sólo el mal de la murmuración y la desunión; y nuestra misión podrá ser aparentemente muy prometedora, pero al ser la nuestra y no la suya, no dará ningún fruto y sólo creará confusión«.

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