Niños huyendo de Siria: Unfairy tales, UNICEF

En marzo de 2016, UNICEF lanzó -con la agencia de publicidad 180LA-, Unfairy Tales, cuentos de historias reales de niños refugiados y migrantes -que relatan con sus propias voces-, su huida del horror de la guerra de Siria, y que nada tienen que ver con los cuentos de hadas que como niños deberían escuchar.

Son historias para concienciar sobre la situación de decenas de millones de niños y jóvenes migrantes y refugiados.

Estas tres historias narran los viajes desde Siria de tres niños: Ivine, Malak y Mustafá, que huyen de la guerra, la muerte, las bombas… y superan otros muchos retos: el cruce del mar Mediterráneo, el hambre, el dormir a la intemperie… «No importa en qué parte del mundo se encuentren, cuando los niños refugiados y migrantes llegan a su destino, es el comienzo de otro viaje, no el final del camino», dijo Paloma Escudero, directora de comunicación de UNICEF.

The Unfairy Tales son parte de una iniciativa, #actofhumanity, que enfatiza que los niños son niños, sin importar de dónde vengan, y que cada niño tiene derechos y merece una oportunidad justa.

Impresionan las voces reales de los niños, que nos conmueven relatando el miedo y la angustia que vivieron. Desde luego, algunas historias, estas historias, ni son cuentos de hadas ni están hechas para los niños, aunque, desgraciadamente, ellos sean los protagonistas.

«Ivine and the Pillow», Ivine y su almohada Pillow, quien con 14 años protagoniza una fuga peligrosa de Siria, de las bombas, la guerra, los muertos, la sangre… «Nos dormíamos con hambre y despertábamos con hambre». Su almohada se empapaba cada día de sus lágrimas. Nos dice: «Me da pena tanta tristeza. ¿Por qué es tan dura la vida?».

«Malak and the Boat», Malak y el barco, cuenta la historia del viaje desde Siria de una niña de 7 años en un bote con miedo y frío por un mar embravecido. Miedo a que el bote se hundiera y su madre y ella se ahogaran. Sola, muy triste, nos murmura: «Tenía muchos amigos y ya no queda nadie».

La tercera animación, «Mustafa goes for a walk», el paseo de Mustafá, quien nos dice que siempre tenían miedo. No deja de pensar en qué les está pasando y si van a morir. En el campo de refugiados no entiende el idioma ni nada. Pregunta quién puede ser su amigo, y da una amarga respuesta que nos debe interpelar: No hay nadie.

 

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