LA CÁRCEL DE SOTO DEL REAL ARRANCA EL JUBILEO CON LA APERTURA DE UNA SIMBÓLICA PUERTA SANTA
27 de diciembre de 2024
[tomado de Rodrigo Moreno Quicios para nuestra web diocesana]
[Actualización del 28.12.24: CRÓNICA del evento en este enlace y fotos de InfoMadrid a continuación]
El arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo, junto a sacerdotes, voluntarios, trabajadores del Centro Penitenciario Soto, celebra este viernes la Navidad en la prisión junto a las personas que allí cumplen condena. Este año tiene un carácter muy especial y excepcional porque «tendremos la apertura de la puerta santa», explica Paulino Alonso, capellán de la cárcel. «Nosotros abriremos la puerta y todos los internos que acuden diariamente a las eucaristías pasarán por ella como signo de penitencia y sobre todo de conversión».
Los internos, subraya Paulino, son «sensibles a esta realidad», es decir, que «es necesario convertirse y cambiar las actitudes negativas que tenemos cada día en nuestro caminar». Por ello, «están interesados también en vivir este año santo con especial intensidad». Un año de la esperanza, conscientes de que hay esperanza, que, a pesar de tantos problemas y dificultades, podemos seguir esperando y confiando. ¿Por qué? Porque Dios nos ama y nos perdona. Por ello, «viviremos un momento entrañable».
También María Yela, responsable de Pastoral Penitenciaria en la archidiócesis de Madrid, ha subrayado que este viernes los presos y todos los profesionales y voluntarios que trabajan en Soto del Real «abrimos nuestro corazón a recibir a este Dios que se ha hecho hombre para impulsarnos a vivir con esperanza el día a día. Ahí también incluimos a las víctimas. Vienen a celebrar con nosotros, algunas de ellas después de un trabajo difícil, pero necesario y sanador. Desde la soledad de las celdas, día y noche, ellos se abren al espíritu y viven esa Navidad intensamente».
«Los que estamos fuera, también desde nuestras inquietudes, porque vivimos las rejas mentales y vitales, a través de experiencias de enfermedad, de incertidumbre, de agobios, de dolor, cuando fallece un ser querido o cuando perdemos el trabajo, unos y otros nos unimos para confiar en ese Padre que ha elegido y ha sabido hacerse pequeño, hacerse hijo, hacerse humano para compartir con nosotros nuestros afanes. Aunque a veces lo dudemos, nos puede llenar de fuerza, confiar en su camino, en la luz y en su fuerza, confiar en que esto es Navidad. Por lo tanto, esto puede ayudarnos todo el año, sobre todo en este año que iniciamos el Jubileo, para vivir con esperanza todo lo que venga, ofrecerlo y vivirlo con sentido. Esto es lo que celebramos en Navidad, entre rejas y también en el exterior, porque en el fondo la Navidad nos llena y nos une a todos».
«Esta tarde cada uno de nosotros viviremos este acontecimiento, dando inicio así comienzo a un año de celebraciones y de acontecimientos para poder vivir también nosotros dentro de la prisión esa llamada a la esperanza, la confianza, sabiendo que Dios nos ama a pesar de nuestros pecados y de nuestras infidelidades», recuerda Paulino Alonso.
Con la definición más legalista en la mano, no es exactamente una Puerta Santa, pero este viernes, con la presencia del cardenal, habrá un acto simbólico y todos los internos pasarán por ella en sentido de penitencia y arrepentimiento». Paulino Alonso, capellán de la cárcel de Soto del Real, se refiere así al mural que «hemos hecho con papel marrón de envolver simulando unos ladrillos» y que bloqueará durante unas pocas horas el acceso al salón de actos del penal, donde entre otras muchas actividades también se celebra Misa. Según explica al semanario Alfa y Omega este trinitario, el arzobispo de Madrid será el encargado de «romper el papel» para que los presos lo atraviesen. Un acto especialmente señalado que seguirá a la apertura de — esta sí — la Puerta Santa de la capilla del penal romano de Rebibbia. Reviste tanta importancia que, en el caso de Soto del Real, sucederá dos días antes de que la propia archidiócesis se una al Jubileo 2025 abriendo la Puerta de la Evangelización de la catedral de la Almudena.
Paulino Alonso explica que la creación de una «puerta simbólica» en prisión es idea suya, pero obra de «los mismos internos», quienes la han realizado «en un taller de pintura con una monitora». Será una sorpresa para los presos que frecuentan las celebraciones eucarísticas que preside el capellán. Son unos 200 — de los 1.300 recluidos en el centro — y todavía no están especialmente enterados sobre el año santo, aunque «se lo explicaremos en Navidad». «Lo van a vivir intensamente porque lo sienten así: son cristianos, practican y ellos mismos se dan cuenta de lo que han hecho», valora el trinitario. En su experiencia, estas personas «llegan a reconocer el daño y el mal que han causado» y vaticina que «sin duda alguna van a pedir perdón». Y hablamos de 200 solo por cuestiones de aforo pues, con varios turnos, «a las Misas de fin de semana suelen ir unos 320», es decir, un 25 % de los residentes. Una proporción que choca con el último barómetro del CIS, según el cual ocho de cada diez españoles no acuden nunca a celebraciones religiosas.
También relata cómo es el proceso de conversión de los presos, a quienes celebraciones como la del próximo 27 «les ayudan a seguir luchando». «Dentro de la prisión se agarran a Dios y empiezan a ver las cosas de otra manera. Yo les digo que los muros no se los va a quitar nadie, pero Él les va a dar la fuerza para que no les hagan polvo». Frente al frío de la sierra y del hormigón, «el calor se lo puede dar la Iglesia a través de los voluntarios y el sacerdote».
El capellán de Soto del Real explica que esta celebración con los internos se le ocurrió «al darnos cuenta de que el Papa iba a abrir una Puerta Santa en la cárcel. Nosotros no podíamos ser indiferentes, también teníamos que hacer algo», rememora. «Propusimos poder hacer la apertura y al cardenal le pareció bien». Alonso se muestra agradecido por la oportunidad y confía en que sirva «a la gente de la prisión para que se dé cuenta de que no es ajena a la Iglesia y pueda vivir este acontecimiento importante que el Papa ha resaltado como un momento de esperanza». En su opinión, «cada uno de ellos tiene que darse cuenta de que ha fallado y de que a través del perdón y la reconciliación mañana, en la calle, puede ser una persona más», como cualquier otra.
El sacerdote cuenta también que está haciendo diferentes movimientos para «pedir indultos en Semana Santa», una costumbre que aprovecha todos los años para acelerar la reinserción de los presos mejor encaminados. Y revela que, con motivo del Jubileo, «intentaremos viajar a Roma el 14 de diciembre del año que viene». «Ya se ha hecho alguna vez, pero ahora es especial», añade. No es el único viaje que planea con los presos, pues en mayo quiere peregrinar a Lourdes con cinco o seis de ellos que están enfermos.
En la pastoral ordinaria, «seguramente hagamos catequesis sobre el año santo y la necesidad de cambio». Finalmente, agradece la sensibilidad del Papa con estas personas débiles y excluidas. «Queremos ser signo de esperanza y de que la vida sigue», concluye.
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Qué idea más hermosa. Muy buena la entrada y la crónica que enlaza, alienta el ánimo.
Me sumo a cada palabra de Alicia, bien!