Queridos amigos y amigas:
Vivimos un tiempo plagado de incertidumbres y estas Navidades serán especiales. Quizá siempre lo deban ser.
Justo en estos momentos de desasosiego y desconcierto, fulge con todo su brillo nuestra Esperanza: "Nos ha nacido un Salvador". Nuestro Dios se ha humanado hasta el extremo para acoger nuestra fragilidad.
Desde ella, desde nuestras contradicciones y miserias, dignificados por quien ha puesto su tienda junto a nuestras calamidades, nos aprestamos a acercarnos al divino pesebre. Allí, mientras nos maravillamos por lo que verá Dios en nuestra humanidad para merecerle tanto la pena, le pedimos fuerza e ilusión para seguir testimoniando su cariño y su amistad entre quienes nuestra crueldad sigue empeñada en levantar barreras.
Gracias, compañero/a de camino, por tu trabajo, gracias por prolongar con lo chiquito la mano larga y entrañable de nuestro querido buen Dios.
Un abrazo, Josito. (José Luis Segovia, Vicario episcopal) |