José Luis Segovia: sobre los abusos sexuales

– Audio –
JOSÉ LUIS SEGOVIA, ‘JOSITO’,
SOBRE LOS ABUSOS SEXUALES

En octubre de 2022, el Vicario episcopal de Madrid para el Desarrollo Humano Integral y la Innovación, José Luis Segovia -Josito-, fue entrevistado en El Espejo (COPE) de León tras su intervención de unas jornadas de formación sacerdotal sobre los abusos en la Iglesia. He aquí la entrevista en audio y, abajo de la imagen, su transcripción en texto:

José Luis Segovia Bernabé, Josito.

Continuamos en este espejo, lo hacemos ahora de la mano del pastoralista y vicario de Desarrollo Humano Integral e Innovación de la archidiócesis de Madrid, José Luis Segovia. Este pasado lunes participaba aquí en León en la convivencia sacerdotal con la que se cerraba el programa del ciclo de formación permanente de este curso y en la que se abordó el tema de la crisis de los abusos en la iglesia. Tras recordar su presencia en este mismo ciclo, allá por el año 2014, donde entonces analizó los retos que planteaba la crisis económica, José Luis Segovia hablaba así a estos micrófonos de El Espejo de esta otra crisis que está afrontando la iglesia.

Pues en aquel momento era el tema de los desafíos que ofrecía la crisis económica vista desde la Doctrina Social de la Iglesia. Y en esta ocasión me han convocado para hablar de otra crisis. Una crisis no menos importante y en la que nos jugamos mucho, que es la crisis provocada por los abusos en el seno de la Iglesia Católica, y sobre todo por el afrontamiento de los mismos.

Yo creo que tenemos que hacer de esta situación tremenda una oportunidad de purificación, de ganar en transparencia y en credibilidad. No negar los hechos, sino asumirlos frontalmente, mirar a las víctimas a la cara, reconocer las cosas que hemos hecho mal y tirar para adelante, bueno, pues mostrando que necesitamos crear las bases de una cultura con unos valores que hagan imposible la existencia de los abusos dentro y fuera de la iglesia.

Desgraciadamente en todas estas cosas siempre vamos por detrás de la realidad, es de alguna manera inevitable y en esto nos ha costado un poquito de trabajo. Tenemos que reconocer que nos ha costado trabajo afrontarlo, pues porque, ciertamente, es como muy contradictorio con la esencia del mensaje que predicamos. Nos supone unas contradicciones muy fuertes, y eso hace entendible que nos cueste trabajo. Pero creo que, felizmente, ya hemos pasado ese momento de negación y ese momento de omisión, de falta de cuidado en la respuesta, y estamos empezando una política que yo creo que hay que consolidar y acelerar de proactividad, que pasa por la escucha y la atención a las víctimas, por adoptar medidas de transparencia y de generación de entornos seguros, y sobre todo, bueno, pues de credibilidad.

Porque lo que nos jugamos no es la credibilidad de la Iglesia, yo les comentaba a los compañeros, a mí lo que más me preocupa es, sobre todo, la transparencia del Evangelio. Es decir, la iglesia es una mediación. Nuestro ministerio está al servicio del Reino de Dios. El problema es si una mala gestión de estas situaciones y una actitud que en algún momento ha sido ciertamente encubridora o de mirar para otro lado, de dejar de mirar a las víctimas, lo que compromete, además del sufrimiento que genera en las personas que directamente lo padecen, que es sagrado, además hace que el Evangelio, que es el tesoro precioso que tenemos entre manos, quede opacado, quede oculto y eso sería imperdonable para nosotros.

José Luis, en la archidiócesis de Madrid se ha tomado una iniciativa, se llama Repara, está trabajando en esta línea, es una oficina específicamente creada para trabajar en esto. Todas las diócesis han ido poniendo en marcha las oficinas diocesanas. ¿Cuál está siendo la experiencia de Repara? Y quería yo saber si todo lo que se genera en el espacio público contamina el trabajo que se puede hacer cara a cara, porque aquí la realidad de las personas, de las víctimas, es la clave. ¿Se puede trabajar en una oficina como Repara? ¿Cuál está siendo la experiencia? ¿Y cómo se trabaja esas dimensiones, la pública y la personal?

Más que una oficina hemos querido crear un espacio de encuentro y de acogida, en el que tenemos la suerte de poder contar con un equipo de profesionales y voluntarios altamente cualificados. Hay un equipo de atención terapéutica donde hay psicólogos y psicólogas y personas formadas en escucha que acompañan los procesos. Tenemos también juristas para asesorar tanto en la tramitación civil como en la canónica. Y luego un espacio realmente importante es el formativo. Nos damos cuenta de que es necesario concienciar a las comunidades cristianas, concienciar a los animadores, a los curas en las comunidades cristianas, a asumir una política proactiva de generación de entornos seguros y luego, una vez logrado todo esto, inyectar valores en la sociedad.

Porque, ciertamente, los abusos en la Iglesia se producen en un contexto de pansexualización, pérdida de valores a los que lamentabilísimamente no hemos sido ajenos, es decir, que hemos sido también parte del pecado, pero también queremos ser parte de la solución. Y en ese sentido, vemos que es necesario que la sociedad en su totalidad reflexione también sobre el modelo educativo que tenemos, la cosificación de las relaciones, la visión de la sexualidad en una concepción mucho más integral del hombre y de la mujer. Tenemos que dar algunos pasos porque sólo así se entiende que una inmensa mayoría de las causas que llegan al Tribunal Supremo en este momento de liberalización sexual en todos los órdenes, que tengan que ver con delitos precisamente contra la libertad sexual.

Evidentemente, algo mal hemos hecho como Iglesia, es evidente. Pero algo también mal estamos haciendo como sociedad. Y yo creo que, después de una reflexión crítica hacia dentro de la iglesia de las cosas que hemos hecho mal, deberíamos hacer también una reflexión más amplia a nivel social de las cosas que seguimos haciendo mal entre todos, ¿no?. Lo más básico es la centralidad de la persona, de su inquebrantable dignidad y la resistencia a cosificarla. En el fondo, detrás de la pansexualización, detrás de los abusos sexuales, lo que hay es una cosificación de seres humanos. Y eso es contrario a la esencia del Evangelio, incluso me atrevería a decir de cualquier ética, ¿no?, es el principio kantiano: no se puede utilizar, instrumentalizar un ser humano. El ser humano es un fin en sí mismo. Nunca puede ser convertido en un medio al servicio de satisfacer pulsiones sexuales o de poder.

Porque, generalmente, en el tema de los abusos, lo que no se nos puede escapar es que lo que ahí suele haber es una patología del poder. Y una patologización del poder que adopta una forma de ejecución sexual, pero donde lo sexual es instrumental. Y donde lo que hay es una patologización del poder. Y si hay algo que cuestiona Jesús en el Evangelio, es el poder entendido como abuso. Distingue entre lo que es la autoridad, y Jesús es la autoridad, pero no es el poder que abusa de los demás. Entonces necesitamos autoridad. Jesús es quien actúa con autoridad. Y esa autoridad es la autoridad moral. Y no hay más autoridad moral que la autoridad del sufrimiento.

El Evangelio no solamente pone el centro en las personas, sino que como Iglesia, yo creo que nos da dos mensajes muy importantes. Uno, la verdad hace libres. No tenemos que tener miedo a la verdad. No tenemos que tener miedo a nuestros propios pecados personales y estructurales como Iglesia. Y por tanto, si son cinco como si son cincuenta. La verdad libera. La verdad nos hace ser más auténticos. Y por otra parte, Jesús es la víctima. Es la víctima de las víctimas. Es la víctima inocente. Y por eso, la condición victimal de la Iglesia, pues nos demanda el mirar a los ojos de las víctimas, el acogerlas y el escucharlas.

Cuando hemos pasado de largo ante su sufrimiento, hemos traicionado el elemento esencial de nuestro Señor Jesucristo y del Evangelio. Y eso no nos lo podemos consentir. Lo hemos hecho, lo hemos podido hacer por la negligencia, por miedo, por lo que se quiera. Pero en este momento, yo creo que felizmente, pues hemos caído en la cuenta de que la verdad hace libres. Y que tenemos que afrontar con todas las consecuencias los hechos en los que hemos participado, por omisión mayoritariamente.

Pues gracias José Luis Segovia por atendernos por esta reflexión de aquella presencia en 2014. Hablábamos entonces de una crisis económica. Hablamos ahora de otra situación de crisis. Esta crisis que se ha generado en la situación de los abusos. En este tiempo has traído tu mensaje aquí a León. En este caso, en esta convivencia sacerdotal. Gracias por tu participación, tu presencia aquí en León y por estas ideas que nos dejas.

Pues muchísimas gracias. Encantado de haber compartido con vosotros estos ratejos. Y siempre a vuestra disposición.

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