Juan Fernández de la Cueva Martínez Raposo. Falacias Premio Nobel Economía. slider

Juan Fdez. de la Cueva: Sobre el Premio Nobel de Economía

«MENTIRAS INTENCIONADAS SOBRE EL PREMIO NOBEL DE ECONOMÍA»
Artículo de Juan Fernández de la Cueva Martínez Raposo.

[Este artículo está inspirado en J. Torres López, “Las 10 grandes mentiras económicas de nuestro tiempo y cÓomo condicionan nuestra vida” Cap 2. Madrid, Ed. Deusto.]

En este mes de octubre se han concedido los famosos premios Nobel, dotados con un millón de euros. Un ingeniero y químico de Suecia, Alfred Nobel, fundó estos premios con la intención de reconocer el gran servicio proporcionado a la humanidad por parte de personas que cada año hubiesen hecho el descubrimiento más importante en bien de la humanidad.

Juan Fernández de la Cueva Martínez Raposo. Falacias Premio Nobel Economía.
Pero el premio Nobel de Economía no es un verdadero Nobel, sino que fue creado por intereses ideológicos disfrazados de piel de cordero. Veamos cómo y por qué.

En primer lugar, la Economía no figuraba entre las disciplinas originales a las que Alfred Nobel destinaba sus bienes en testamento. Él no la incluyó entre las cinco categorías elegidas: Física, Química, Medicina (con sus mejores hallazgos científicos), Literatura (en favor de la fraternidad entre las naciones), y premio Nobel de la Paz (en favor de procesos de paz). Aunque Alfred Nobel era gran conocedor de la economía no la eligió para premio Nobel en su legado.

Entonces ¿de dónde salió el Nobel de Economía durante estos 53 años desde su fundación? ¿quién lo financia? El Premio de Economía es un invento del Banco Central Sueco en su cruzada particular contra la socialdemocracia a partir de los años 60, dotando a su premio con un millón de euros en memoria a Alfred Nobel.

Así lo reveló el director de la Fundación Nobel en una entrevista concedida a Le Monde (Truc, Olivier, “Economie: un Prix Nobel qui n´en est pas un”, Le Monde 11.10.10) en el 2010: “el popularmente conocido Nobel de Economía es un Nobel que no es uno de los Nobel”.En realidad“el banco de Suecia tuvo que hacer cálculos para que los periodistas no se parasen a distinguirlo”.

¿QUÉ TRANSCENDENCIA TIENEN ESTOS TEJEMANEJES?

Con esta treta se revestía a la economía con una autoridad aparentemente indiscutible en sus datos y tesis, equiparándola a la física y la química.

O sea que, de igual manera que nadie en un Parlamento debía discutir la ley de la gravedad, lo mismo debía ocurrir cuando un banco central tomase medidas sobre la política fiscal o la manera de repartir ese dinero entre ricos y pobres. Lo que dijera un economista tendría que ser asumido como una ciencia a quien nadie podría poner objeciones, como a la ley de la gravedad.

Ahora bien, esto tiene una grave consecuencia para la economía. Ésta no es un conocimiento científico neutral cuya puesta en práctica deba quedar en manos de los técnicos. Las decesiones económicas influyen de una manera desigual en los ciudadanos ricos y en los pobres y, por tanto, no son neutrales sino éticas (con criterios de justicia, bien común…) y políticas (lo que es posible hacer democráticamente con los medios disponibles)

Pero en los últimos años del siglo pasado se inició una lucha entre los criterios de la socialdemocracia (defensora del estado de bienestar con unas políticas tendentes a la nivelación entre ricos y pobres) y el neoliberalismo (defensor de la economía de libre mercado con el aura de indiscutible y libre de toda ideología). A nivel mundial ganó la batalla el neoliberalismo con líderes como Margaret Thatcher o Reagan, y en Suecia la ganó el Banco Central Sueco, creando astutamente el pretendido premio Nobel de Economía en 1998.

No es extrañar que uno de los premiados, Robert Fogel, lo fue por «demostrar» que la esclavitud en EEUU fue una institución sólida, eficaz y sostenible en el tiempo. Y así, otros galardonados polémicos. Ellos compartirán la misma cantidad de dinero, un millón de euros, serán invitados a las mismas festividades que los demás. Pero no son auténticos premio Nobel.

Esta es la falacia en el Nobel de la Economía: pretender consolidar la economía con apariencia de ciencia neutral y de conocimiento objetivo incontestable. Bajo este disfraz se denomina “libre de toda ideología”.

¡Cuidado con estas mentiras que justifican el orden injusto reinante y frenan el cambio social.!

A este respecto, el papa Francisco se ha pronunciado recientemente en el cuarto encuentro mundial de movimientos populares -véase el vídeo al final- sobre las características necesariamente éticas y políticas de la economía acudiendo a la Doctrina Social de la Iglesia cap IV: “es tarea de los Gobiernos establecer esquemas fiscales y redistributivos para que la riqueza de un parte sea compartida con equidad sin que esto suponga un peso insoportable”

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