Departamento de Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Española.

Los obispos con las familias de víctimas de accidentes laborales

NO SON NÚMEROS, SON PERSONAS
Reunión con las asociaciones de familiares y víctimas de accidentes laborales

[La frase «no son números, son personas»
la empleó el Papa Francisco
en su discurso a a los miembros de la
Asociación Nacional de Constructores de Edificios de Italia;
20 de enero de 2022]

Tras la reunión el pasado 16 de febrero que se comenta abajo, Monseñor Abilio Martínez -Obispo de Osma-Soria y responsable de la Pastoral del Trabajo en la Conferencia Episcopal Españolay Antonio Javier Aranda, director de ese Departamento, firman la siguiente Nota de Prensa.

Departamento de Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Española.Hoy, 16 de febrero, y a iniciativa del departamento de Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Española, nos hemos reunido con los representantes de varias asociaciones de víctimas de accidentes laborales y sus familiares (AVAELA de Andalucía y Guadalajara y la Plataforma 28 de Abril de la Rioja). Por parte de la Subcomisión de Acción Caritativa y Social han asistido: D. Abilio Martínez, obispo de Osma-Soria y responsable de Pastoral del Trabajo; Fernando Fuentes, director de la Comisión de Pastoral Social y Promoción Humana; José Luis Méndez, director del departamento de la Pastoral de la Salud; y Antonio Javier Aranda,
director del departamento de la Pastoral del Trabajo.

El objetivo de esta reunión es el de seguir profundizando en la falta de protección de la salud que viven muchas personas en sus lugares de trabajo y en concreto en la situación en las que quedan las víctimas.

Los últimos tres años venimos realizando distintas acciones encaminadas a actualizar nuestra “mirada” a esta realidad:

– Reunión con la Fiscalía General de Siniestralidad Laboral.
– Jornadas generales de Pastoral del Trabajo.
– Reunión con sindicatos y empresarios.
– Publicación de una reflexión y orientaciones para abordar esta realidad desde la pastoral del trabajo.
– Nota de la Subcomisión de Acción Caritativa y Social.

Con estas acciones queremos dar respuesta a las orientaciones del documento “Fieles al envío misionero”, que nos invita a “promover el acompañamiento de los trabajadores pobres, de los precarios y descartados”.

El Ministerio de Trabajo y Economía Social acaba de publicar los datos estadísticos, aún provisionales, de los accidentes registrados en España durante el año 2023: han sido un total de 1.194.907 siniestros registrados, de ellos 4.706 han sido graves y  721 han causado la muerte del trabajador. Si bien los datos suponen una disminución de siniestros con respecto a 2022, estos no dejan de ser una calamidad que hay que atajar a la mayor urgencia posible y más cuando todos los agentes sociales coinciden en que una mayoría de ellos podrían haberse evitado.

Otro de los problemas abordados es el de la perdida de la salud como consecuencia de las condiciones de trabajo. Según datos de la Unión Europea las enfermedades relacionadas con el trabajo suponen alrededor de 2,4 millones de muertes en todo el mundo cada año, de las que 200.000 ocurren en Europa. En España, durante 2022, se registraron 22.408 enfermedades laborales, cifras que dictan mucho de la realidad según los agentes sociales.

Las enfermedades profesionales y la siniestralidad laboral destrozan miles de proyectos personales y familiares. Desde las dificultades de reincorporarse a la actividad laboral a problemas de desamparo y caer en la exclusión social.

Muchos de los accidentes laborales y enfermedades profesionales acaban resolviéndose en los juzgados y la resolución de los mismos dura unos cinco años de media, llegando a los quince años en algunas provincias españolas.

En nuestra sociedad, vivimos una situación de profunda injusticia estructural que consiste en dar a los bienes producidos más valor que a la persona que los hace posibles. De esta manera “el hombre es considerado como un instrumento de producción” (Laborem Exercens, 7), lo que supone la negación de nuestra dignidad como hijas e hijos de Dios al convertirnos en simple fuerza de trabajo, en instrumento del que obtener un beneficio económico [Nota de los obispos de la Subcomisión de Acción Caritativa y Social “En el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo: ¡No más muertes en el Trabajo! y esforcémonos en lograrlo”. Madrid, 28 abril de 2023.].

El Dios de la vida nos invita a acompañar a las víctimas de la siniestralidad laboral y de las enfermedades profesionales, acercándonos a ellas y escuchándolas, para que nuestra presencia las reconforte y sientan que no están solas.

Hemos de colaborar en el cambio de mentalidad porque estos “sucesos” no son fruto de la casualidad o de la mala suerte. Combatamos, también, la resignación, pues la inmensa mayoría de las enfermedades y accidentes son evitables, si se cumple la normativa.

Saludamos la reciente convocatoria de la mesa del diálogo social para empezar a abordar los compromisos alcanzados en la “Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2023-2027”, pedimos al diálogo tripartito que tengan en cuenta y escuchen a las asociaciones de víctimas de accidentes laborales y de sus familiares.

Esperamos que estos encuentros sean ágiles y eficientes en la toma de acuerdos, hemos de recordar que cada día, en España, dos trabajadores mueren en el trabajo.

Nos unimos a las asociaciones de víctimas de accidentes laborales y a sus justas reivindicaciones ante las administraciones públicas para que velen por el cumplimiento de la legislación laboral, poniendo medios para que las víctimas y sus familias no tengan que sufrir otro calvario adicional ante los procesos burocráticos y jurídicos que se eternizan, a fin de que sea reconocida su condición de víctimas y puedan cerrar lo antes posible un proceso tan doloroso, al margen de que su situación económica quede en un estado de dignidad, sin la demora de años y años de instrucción judicial.

Como Iglesia, hacemos un llamamiento para promover la defensa de la vida en el trabajo, creando conciencia en nuestras comunidades eclesiales, implicándonos en la denuncia de esta injusticia y apoyando las iniciativas y campañas, como la que ya lleva a cabo Iglesia por el Trabajo Decente.

One comment

  1. Pues podía empezar el obispado de Madrid por vigilar quién hace sus obras y en qué condiciones de seguridad según las leyes. Porque cero patatero.

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