Vigilia por las personas encerradas en los CIE

Vigilia por las Personas Encerradas en los CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros):
MENOS HOSTILIDAD – MAS HOSPITALIDAD
[entrada creada el 12.1.20; actualizada el 19.1.20]

Intervención de José L. Segovia (Josito):

Hace cinco siglos, Fray Antón de Montesinos, en una vibrante predicación que constituye un hito en la historia de los derechos humanos, espetaba a los encomenderos y autoridades de la Isla de La Española estas palabras: “¿Acaso no son seres humanos como nosotros? ¿Acaso no tienen anima racional como la nuestra? ¿O no sienten y padecen como nosotros?… ¿Por qué les tratáis de este inhumano modo, sin compasión ni blandura?… ¿Qué decir de este crudelísimo y aspérrimo cautiverio?
Cinco siglos después, muy cerquita del Centro de Internamiento de Extranjeros, auténtico cementerio de ilusiones, con el nuevo Gobierno próximo a optar no por el cierre, sino por la apertura de macrocentros, nos reunimos esta mañana movidos por similares motivaciones de las que movieron a unos pocos frailes a proclamar una verdad incómoda frente a todo un inmenso Imperio.
Su fe los llevó a proclamar la ética de la hospitalidad, basada en la igualdad radical de todos los seres humanos, en la inquebrantable dignidad que corresponde a todos los hijos e hijas Dios, en su derecho a desplazarse para lograr sobrevivir a un futuro que se presenta sombrío y amenazador en los lugares de origen.
Participamos de una concepción del ser humano y de la sociedad que ve en la persona del otro, del diferente, del forastero, un igual y un hermano, incluso un “ángel” según la Carta a los hebreos: “No os olvidéis de la hospitalidad, porque algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles” (Hb 13,2).
Naturalmente, que esta visión de la persona no olvida que hay que ir a las causas últimas de los desplazamientos forzosos, que se trata de impedir que nadie tenga que sufrir el desgarro de abandonar su tierra, su familia y sus raíces. Por supuesto que son precisas rutas seguras, movimientos humanos responsables, con garantías y derechos, que eviten el maltrato institucional, la violencia de personas sin escrúpulos, la opacidad y el fraude de ley. En definitiva, precisamos medidas sociales y jurídicas que proscriban la hostilidad hacia seres humanos, muchas veces familias completas, que se encuentran en nuestras calles a la intemperie en situación de extremada vulnerabilidad.
No le rezamos a Dios en esta vigilia para que cambie Él. Nuestro Dios es acogedor, hospitalario, buen samaritano, compasivo y misericordioso. Le rezamos para que Él nos ayude a cambiar nosotros, para que transformemos nuestros corazones de piedra y nuestras leyes inhumanas.
No nos resignamos. No podemos transigir con el mal. Apostamos por el sueño de Dios que incluye no verse obligado a moverse de casa, unos desplazamientos humanos regulares, seguros y responsables, y una acogida digna y con garantías. Para eso hará falta incidir en origen, regularizar las situaciones irregulares, securizar con garantismo jurídico las vulnerabilidades, proscribir las dinámicas exclusógenas y poner en el centro a las personas. Ser responsable es tener que responder. Ahora nos toca responder. No se trata solo de migrantes. Aplicar la lógica de la hostilidad o la de la hospitalidad es un dilema en que todos nos jugamos la dignidad.

Vigilia CIE de AlucheManifiesto

Jesús tiene los brazos extendidos igual en la cuna que en la cruz para darnos en abrazos encendidos todo su amor y su luz.

Otro año más venimos hasta Aluche para estar más cerca del CIE, para acompañar y apoyar a las personas que se encuentran privadas de libertad tras los muros de éste Centro de Internamiento de Extranjeros de Madrid y otros CIE de distintas ciudades de España.

Este año se tiene prevista la reforma de las instalaciones de algunos de los centros de internamiento de Extranjeros en España. Este de Madrid ha estado cerrado para hombres durante un mes, aunque finalmente no se ha llevado a cabo ninguna modificación. Aun así… y aunque mejoren las condiciones de habitabilidad, consideramos que ello no significa el fin de las vulneraciones de derechos que se producen en los CIE, ya que son los propios centros los que propician violencia, despojo de la dignidad, desprotección… No han previsto aspectos como la falta de garantías en el internamiento y durante el mismo, o la indebida gestión policial, que perpetúa la criminalización de la persona migrante y no da respuesta a las necesidades que se presentan.

Aquí estamos para salir a este “encuentro” al que nos convoca el Papa Francisco, a reconocer a todas las personas como hermanos de una misma casa común, para participar activamente en el enriquecimiento mutuo y acabar con la cultura del rechazo. Queremos mirar al frente todos esos rostros que no se han sentido acogidos, que nos han sentido respetados o escuchados, para poder ofrecerles la hospitalidad como respuesta. “No se trata solo de migrantes, se trata de personas en su totalidad, de todas las personas”, así es como el Papa insiste en la necesidad de que nos presentemos como refugio que acoge con ternura y respeto, para que caminemos en la construcción de un mundo más justo y global.

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