Día Internacional por la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Departamento de Pastoral del Trabajo de la CEE.

CREER EN EL RESUCITADO ANTE LA SINIESTRALIDAD LABORAL

– 28 abril: Día Internacional por la Seguridad y la Salud en el Trabajo
CREER EN EL RESUCITADO ANTE LA SINIESTRALIDAD LABORAL

[Artículo de Juan Fernández de la Cueva Martínez Raposo]
[Puede verse también el Comunicado del Secretariado de Pastoral del Trabajo de nuestra diócesis ante esta Jornada, o también la Nota del Depto. de Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Española]

Día Internacional por la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Secretariado de Pastoral del Trabajo de la archidiócesis de Madrid.Jesús Resucitado se hace presente en la vida real. La nueva manera de estar presente Jesús Resucitado no queda restringida al templo o a la oración. El evangelio de este domingo segundo de Pascual (Jn 20,19-31) empieza por una situación de vida normal: los discípulos reunidos por la noche con miedo en una casa.

Pues bien, un hecho de la vida real es también que el 28 de abril, jueves de esta semana, la Iglesia nos invita a repensar, desde la fe,  la siniestralidad laboral, que en España asciende a un millón de accidentes en el trabajo al año, con un resultado de 705 muertes anuales, además de 20.510 partes por enfermedades  relacionadas con el consumo de elementos tóxicos en el trabajo (algunas estimaciones llegan a 16.000) Muchas de estas enfermedades son mortales, como la infección pulmonar por cortar amianto con serruchos de carpintero.

O sea, al menos dos personas que salieron de casa por la mañana a ganarse la vida, encontraron la muerte en el trabajo, además de los trabajadores que murieron por contaminación con productos tóxicos. Es una sangría inhumana violentar así el derecho fundamental a la vida.

¿Qué luz aporta este evangelio de Jn 20,19-31 sobre esta realidad?

Jesús se presenta ante sus discípulos para manifestar que ha resucitado mostrándoles las llagas de sus manos y su costado. Es una manera de decirles que no se puede creer en la resurrección olvidando sus llagas.

Para los discípulos, este  reconocimiento de Jesús les resulta problemático. Eso lo protagoniza el incrédulo Tomás, con su frase: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto la mano en su costado, no creo en Cristo Resucitado” .

Sin embargo, Jesús aparece con una presencia amistosa y cercana: les da la paz a los discípulos, incluido Tomás, y les muestra las llagas de haber estado crucificado para superar su incredulidad en la resurrección, sin regañar a Tomás.

Por eso la Iglesia nos invita el dia 28 de abril a reconocer a Cristo en las heridas de los miles que mueren y enferman en el trabajo.  

Muchas de estas muertes son evitables. En España hay ya una ley de Seguridad y Salud en el trabajo para prevenir las muertes y enfermedades laborales. Pero no se cumple, en parte porque los trabajadores no obedecen los artículos de esa ley, en parte porque las empresas incumplen los reglamentos que prescriben  dotar a los trabajadores de herramientas adecuadas y seguras, en parte por el estrés que producen los trabajos explotadores. Y en parte porque no hay suficientes inspectores para vigilar el cumplimiento de la ley de Seguridad y salud en el Trabajo.

¿Qué podemos hacer nosotros para reconocer a Cristo Resucitado en esas llagas de los trabajadores muertos? Sugiero cuatro cosas

  1. Tomar conciencia de que muchas de las muertes y enfermedades laborales no son casualidad y son evitables. Denunciar que los medios de comunicación nos ocultan esta realidad. ¿En cuántos telediarios nos reflejan las muertes laborales de manera parecida a los accidentes de carretera de fin de semana? Y ya es un dicho popular que “lo que no sale en la tele, no existe”.
  2. Pedir al gobierno que invierta en la existencia de más inspectores que vigilen las condiciones para cumplir la ley de Seguridad y Sanidad en el Trabajo. Porque en España sólo hay un inspector por cada 707 empresas mientras que en Europa son el doble. ¿Cómo les va a dar tiempo de visitar las empresas?
  3. Caer de rodillas delante del Señor Resucitado con la oración de Sto. Tomás “¡Señor mío y Dios mío!, te pedimos que trabajadores, empresas e inspectores colaboren para que el trabajo no sea un lugar de reproducir las llagas de Cristo!”
  4. Asistir a la eucaristía que celebraremos el 28 de este mes a las 19 h. presidida por nuestro vicario episcopal de Pastoral Social, José Luis Segovia, en la parroquia Virgen del Mar (barrio de S. Blas, Madrid) por la Seguridad y Salud en el Trabajo.

2 comentarios

  1. Felicidades Juan por tu artículo, por recordarnos que al Resucitado no se le borran las llagas de sus manos ni la herida de su costado, mientras sigan perdiendo la vida hermanos/as en sus puestos de trabajo y muchos otros queden con secuelas graves como consecuencia de sus trabajos.
    Tomemos conciencia todos de esta dolorosa realidad: trabajadores, empresarios, gobierno y ciudadanos para que hagamos verdad que Cristo no es un Cristo de muerte sino de Vida. Los cristianos estamos llamados a ser testigos de su Resurrección.

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