A MAYOR HACINAMIENTO, MAYOR CONTAGIO DEL COVID-19
Juan Fernández de la Cueva Martínez-Raposo
– Director del Secretariado diocesano de Pastoral del trabajo de Madrid –
9.9.20
Ya he afirmado en mi artículo anterior que el Covid-19 no trata por igual a todas las clases sociales. La estadística revela que maltrata más a, por ejemplo, barrios empobrecidos de Madrid como Usera, Puente de Vallecas y Villaverde.
Hoy quiero detenerme en la importancia de la vivienda como causa estructural de la mayor exposición al contagio del virus Covid-19. O sea, que contagiarse y contagiar a los demás no depende solamente del comportamiento individual de los habitantes de un barrio, ni siquiera de los botellones de los jóvenes y de su ocio nocturno, como tanto han reflejado los medios de comunicación, sino del tamaño del hogar familiar.
Para afirmar esto me apoyo en tres expertos: Manuel Franco, profesor de Epidemiología de la Universidad de Alcalá de Henares y de la Johns Hopkins; Javier Segura, médico salubrista y epidemiólogo y José Manuel Gómez Giménez, investigador y urbanista de la Universidad Politécnica de Madrid, tal como lo refleja “El Diario” en la última semana de agosto.
EL FACTOR DE LA VIVIENDA Y EL RIESGO DE CONTAGIO
Escojo una conversación real en el Centro de Salud de Las Calesas situada en Usera, la zona de toda la Comunidad de Madrid con más incidencia de COVID-19, con 1.162 casos positivos por cada 100.000 habitantes en las dos últimas semanas.
Marina, una mujer del barrio, llama por teléfono a la sanitaria que le corresponde en su ambulatorio para darle los síntomas sospechosos de padecer el coronavirus. La sanitaria, entre otras medidas, le recomienda que debe guardar cuarentena. Marina entonces le responde que le es imposible confinarse. Y le argumenta a la sanitaria: “¿cómo puedo aislarme si vivo con mi familia en una habitación dentro de un piso compartido?”
Es cierto que el día 26 de agosto una autoridad municipal de Madrid recomendó a Usera y los habitantes de los barrios con mayor número de contagios evitar salir de casa en la medida de lo posible y extremar las precauciones. Recomendaciones que no las hacía por capricho, sino que tenían el objetivo de reducir los desplazamientos y los contagios en el resto de la ciudad y en el cinturón sur de la capital.
En este sentido, Javier Segura, médico salubrista y epidemiólogo, afirma: «Las autoridades pueden recomendar estar en casa, pero si no se dan las condiciones para que puedas cumplirlo, es un brindis al sol». Este médico asegura rotundamente que lo que está pasando en los barrios del sur no es una «cuestión cultural» o de falta de responsabilidad individual sino del hacinamiento familiar. Solucionar el hacinamiento es parte de la solución del crecimiento del Covid-19.
OTRO ARGUMENTO, EL ÍNDICE DEL TELETRABAJO
Una encuesta elaborada por el Ayuntamiento de Madrid durante el anterior confinamiento confirma que los ciudadanos que pudieron ejercer el teletrabajo fueron los trabajadores con rentas más altas, concretamente el 70% de ellos; mientras que el porcentaje de los trabajadores por debajo de 1.500 € mensuales, desciende al 13%.
Estos datos revelan que los habitantes de las zonas que sufren mayor hacinamiento, tienen menos posibilidad de teletrabajar y los expertos añaden que, a su vez, están más expuestos al contagio del Covid-19 porque tienen que salir a trabajar si no quieren morirse de hambre debido a su nivel de ingresos e incluso muchos de ellos cobran en negro.
No podemos negar a las personas el derecho a ganarse la vida. Además, la sociedad no puede prescindir de los trabajadores en necesidades esenciales, como los cuidados de hogares, los transportistas, los vendedores de alimentos… y tantos oficios que no se puede ejercer telemáticamente.
El investigador y urbanista José Manuel Gómez Giménez, de la Universidad Politécnica de Madrid, estudió las correlaciones entre el confinamiento y los contagios del Covid-19 en la segunda ola de brotes, y concluyó que el tamaño del hogar era un factor determinante en el mayor número de contagios. La media del tamaño de vivienda en Usera es de 73 metros cuadrados frente a los casi 100 metros de Chamartín.
El confinamiento es un medio eficaz y temporal para detener el crecimiento de los contagios. Últimamente nos lo ha demostrado el pueblo de Tielmes. Sin embargo, favorecer una política de suprimir el hacinamiento sería una solución estructural y permanente.
A mayor hacinamiento, mayor riesgo de contagio.
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