La brecha laboral de género. Juan Fernández de la Cueva. Pastoral del Trabajo.

LOS CRISTIANOS ANTE EL DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA

LOS CRISTIANOS ANTE EL DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA
Artículo de Juan Fernández de la Cueva Martínez Raposo.

 PLANTEAMIENTO

La brecha laboral de género. Juan Fernández de la Cueva. Pastoral del Trabajo.Acabamos de celebrar el Día de la Igualdad Salarial (22 de febrero) y ya está cerca el Día Internacional de la Mujer Trabajadora (el 8 de marzo). Por eso abordo en este artículo la brecha laboral de género en conexión con la mayor desigualdad que ha producido la pandemia del Covid-19.

Aunque últimamente estaba disminuyendo la desigualdad salarial hombre-mujer que venía dominando desde tiempo inmemorial, esta pandemia la agudizó esa brecha. Y todos aquellos avances que se habían conseguido antes del Covid-19, (que eran poquitos), se vieron mermados. Me acojo para esto a las palabras autorizadas de Rosalía Vázquez Álvarez, especialista de la OIT en tema de salarios

“Lo que ha hecho la pandemia en comparación sobre todo a crisis anteriores como la del 2008 (la crisis financiera) es que ha tenido un impacto más fuerte en aquellos sectores donde se acumula una gran masa de asalariados de bajo ingreso, y además hay muchísimas más mujeres que hombres”

 DESIGUALDAD EN EL SERVICIO DOMÉSTICO

Dada la gran indefensión de este sector que está compuesto mayoritariamente por mujeres (86,4 % en España), me dispongo a desgranar el impacto de la pandemia Covid-19 en el servicio doméstico.

Mención especial merecen en este sector las mujeres inmigrantes que sufren discriminación de género, de clase y de diferencia étnica. Esto trae como consecuencia que muchas veces trabajan solo por unas horas, sin contrato, sin derecho al paro ni a la baja por enfermedad… Ellas se vieron en la calle de la noche a la mañana porque los ancianos o enfermos a los que cuidaban tenían miedo de contagio, y si no lo tenían ellos, sus hijos decidían que no volvieran por la misma razón.  Las mujeres en servicio doméstico no recibieron ningún aplauso de reconocimiento social ni han mejorado sus derechos laborales.

Una causa importante de la brecha salarial femenina se debe a la conciliación familiar tal como viene sucediendo desde que la mujer se incorporó masivamente al mundo laboral remunerado en los años 70. Una vez que la mujer llega a la época reproductiva, a los 30-35 años, es fácil observar que la participación de la mujer-madre en el trabajo remunerado, desciende con relación al varón.

¿Por qué? Yo creo que por una razón mitad económica y mitad machista.

Partamos de que la diferencia salarial hombre-mujer en 2020 es un 28,6% menor para la mujer, de que los dos en la pareja trabajan fuera de casa, y de que alguno de los dos debe cuidar de los niños o los abuelos en el hogar. ¿Quién de los dos va a dejar el trabajo remunerado fuera del hogar y se va a quedar en casa con el trabajo de cuidados no remunerado? Seguramente la esposa porque hemos dicho que el sueldo de la mujer es un 28% menor. De hecho, las estadísticas lo reflejan así.

¿CÓMO NOS AFECTA A LOS CRISTIANOS ESTA BRECHA SALARIAL?

Los evangelios dicen algo sobre esta discriminación. Nos relatan que Jesús rompió muchos tabús en la desigualdad de la mujer de aquella sociedad patriarcal. Recojo algunos pasajes evangélicos:

  • Jesús, sentado en el brocal del pozo de Jacob, rompió el tabú de que una mujer no pudiera hablar en público con un hombre si no era en presencia de su marido. Debía ser atrevido el gesto, cuando los discípulos se extrañaron de él.
  • Jesús rompió el tabú de que un maestro pudiera admitir a una mujer como discípula. De hecho, algunas mujeres formaron parte del grupo en su comunidad itinerante.
  • Jesús rompió el tabú de que ninguna prostituta podía entrar en el banquete de un fariseo. Ante el escándalo de los comensales, dejó que una entrara y le regara los pies con sus lágrimas, se los enjugara con su cabello y con su perfume mientras se los besaba.
  • Jesús rompió el tabú de que ninguna mujer que padeciera flujos de sangre por menstruación pudiera tocar a nadie porque era impura y volvería impuro al que tocara. Pero él alabó públicamente el gesto de la hemorroisa asustada por haber contravenido una ley, y alabó su fe por haberle tocado el manto.

Y así pudiéramos ir desgranando más pasajes en los evangelios. Por eso no está de más que los cristianos nos preguntemos ¿Qué tabús podemos romper los cristianos en la brecha salarial de género con motivo del Día de la Mujer Trabajadora?

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